miércoles, 30 de abril de 2014

El hecho de escribir


por Fabián Almonacid
poeta, autor de Trampas de la nada


Esto pensé.

“Gallito ciego” me parece una metáfora perfecta sobre el hecho de escribir. 

Cuando uno “decide” ser poeta, debe pasar por un portal, el umbral de una casa en la que, como única condición para ser poeta, le ponen a uno una venda en los ojos. “A jugar”, te dicen y allí te dejan.

La gran mayoría, intuyo, tiende a quedarse estático, maldiciendo esa “imposibilidad” de no poder ver. Así no juego, murmuran. Sin embargo, los poetas aceptan la condición de ciegos –y la de gallitos- y empiezan a jugar. Porque lo malo no es ser ciego, lo peor es no atreverse a caminar. Ya que de eso se trata escribir: de buscar a tientas, sin saber qué se busca ni cómo hallarlo; sin más horizonte que la extensión de los brazos, con la vaga promesa de que uno o cien o mil pasos más allá estará “aquello” -el más alejado de los demostrativos-, eso que desconocemos pero intuimos.

Y así se van formando los poetas, según el modo en el que deciden jugar, tantos como distintos gallitos ciegos hay. Hay quienes casi no caminan, esperando una revelación que difícilmente el estatismo atraiga. También están los que dan pequeñísimos pasos, del mismo modo como hay aquellos que corren desaforados, buscando el golpe que los redima. Otros caminan buscando una pared para apoyarse o los que al encontrar aquello retroceden tres pasos para volver a caminar y encontrarse con lo mismo. Obviamente, también están los que hacen trampa y tratan de pispear por debajo de la venda, pero de esos no es necesario hablar. Peor aún los poetas gallina, que picotean hasta con el suelo barrido.

Hernán Schillagi es un gallito ciego hecho y derecho. Hace de su venda –de su búsqueda- una aventura que no deja camino por recorrer. Es un poeta que no se detiene ante un descubrimiento para gritar “miren, miren lo que encontré”, como algunos gallitos con alma de gallos. H. S. es ciego, como todos los poetas, pero es más gallito que cualquiera. Y siempre buscando.